Sábana Santa

Hablar de la Sábana Santa es hablar de reliquias, así pues es conveniente poner al/la lector/a en situación:

Actualmente contamos con el cuerpo íntegro de Santiago en la ciudad de Compostela (España), pero también en otros seis lugares más, además hay brazos y cabezas suyos repartidos por todo el globo.



  • A San Pedro lo podemos encontrar en Roma (Italia), pero también en Estambul (Turquía), Arlés (Francia), y Saint-Cloud (Francia).
  • Existen por lo menos una docena de mandíbulas de Juan el Bautista.
  • De Cristo podemos venerar en varias iglesias su santo prepucio y toneladas de restos de la cruz en la que murió.
Existen multitud de ejemplos más, pero seguramente usted tendrá ya una idea aproximada de cómo es el mundo de las reliquias. No debe resultar por tanto extraño que existan más de 30 mortajas de cristo "no hechas por mano humana".

Miembros de la Iglesia Católica certificaron en varias ocasiones su falsedad

En la Edad Media se construían iglesias a tal ritmo que unas se pisaban el terreno a otras, esto ocasionó cierto malestar en el seno de la Iglesia Católica y se resolvió poner freno a esta proliferación; por ello impuso como requisito para fundar una nueva iglesia el tener una reliquia. Para evitar los posibles fraudes estas reliquias debían contar con un certificado de autenticidad. Como cabe imaginar no tardó mucho en surgir un mercado considerable de falsos certificados y falsas reliquias.

La Sábana Santa apareció por primera vez (que se tenga constancia) hacia el año 1355 en la iglesia colegial de Lirey, próxima a Troyes (Francia). En esta diócesis el sacerdote Lalore concluye que la sábana es una clara falsificación y que su culto debe realizarse como un simple memorial de la pasión. Posteriormente el Obispo de Troyes, Pierre d´Arcis escribió una carta al Papa Clemente VII en la que denunciaba que la falsificación fue realizada para ganar dinero, e incluso relataba cómo se contrataban actores para que fingiesen milagros.

Los análisis científicos e históricos prueban que no se trata de la mortaja de Cristo

Sin lugar a dudas es bastante extraño que la imagen del salvador quede grabada mágicamente en el sudario que lo envolvía y no exista ni una sola mención a ello en toda la biblia; ¿ninguno de los apóstoles lo consideró relevante? Otro dato que llama poderosamente la atención es que en los primeros retratos de Cristo (allá por el siglo III), se le pintaba con los cabellos cortos y sin barba, de hecho, las primeras iglesias eran extraordinariamente duras con los hombres de pelo largo; posteriormente los gnósticos le fueron atribuyendo las barbas y el pelo largo con los que caracterizaban a los filósofos. Hay que destacar que la tradición judía obligaba a cortar los cabellos y la barba de los difuntos, así pues no parece muy probable desde el punto de vista cultural que la imagen grabada en el sudario de Turín sea la de Cristo.

Si hacemos las pertinentes observaciones científicas, encontramos una serie de anomalías: la sangre cuando coagula y en su proceso de descomposición se vuelve de color negro, pero la del sudario es roja; la supuesta columna vertebral aparece plana, si observamos a una persona tumbada boca arriba comprobaremos que tiene forma de "S", el cuerpo hace su mayor apoyo sobre la cabeza, nalgas y piernas; según la sábana nuestro señor carecía de aparato reproductor; en lo que a las piernas se refiere la imagen frontal y dorsal ni tan siquiera concuerdan: en la imagen dorsal se representa la planta del pie derecho plana contra la sábana, mientras que en la imagen frontal aparece con los pies hacia arriba, ambas piernas estiradas en postura relaja.

Para tener una imagen visual de la contradicción puede usted tumbarse sobre su cama y poner una pierna en el suelo, comprobará de inmediato que para hacerlo tiene que doblar bastante la rodilla, por tanto es imposible mantener la postura reflejada en la imagen frontal. Según la sábana Cristo tenía un cráneo cuya distancia entre la parte frontal y la posterior era menor de 12 centímetros, esto en el ser humano es incompatible con la vida. Mención especial merece la segunda cara que se encontró en la imagen dorsal: sí, Cristo tenía otra cara en la espalda.

Finalmente la datación por carbono 14 indica con total rotundidad que la Sábana Santa data de la Edad Media, lo que no sólo hace imposible que sea la mortaja de Cristo, sino que explica muchas de las anomalías observadas, ya que eran habituales en las obras de arte de la época. En cuanto al cómo se hizo, a día de hoy se conocen cinco formas distintas de hacer este tipo de imágenes con medios rigurosamente medievales.