Feng Shui

De origen chino, encuentra su justificación en la combinación del libro adivinatorio I Ching y el Wu Xing o teoría de los cinco elementos.

Esta forma de geomancia ha sido prácticamente prohibida en el país que la creó

En la China imperial, esta pseudociencia era un asunto de estado, solo accesible a la élite social de la época. Posteriormente, con la llegada de la república el feng shui y otras prácticas tradicionales fueron censuradas.

Sus defensores afirman que los "flujos de energía" cósmicos y terrestres influyen en la vida de las personas, ya que presuponen que existe una energía vital llamada chi que no se puede medir, no interactúa con nada y ni tan siquiera se puede definir qué es, pero presuntamente fluye por la totalidad del universo y que puede ser canalizada u obstruida dependiendo de la orientación de los objetos, el lugar donde se asientan las distintas habitaciones, la proximidad de ríos y montañas, etc.

El I Ching es un libro escrito hacia el 1.200 antes de cristo que presuntamente adivina la situación presente y futura de quien lo consulta. Por su parte el Wu Xing indica que los fenómenos naturales se pueden clasificar en torno a cinco elementos: madera, fuego, metal, agua y tierra. Además intenta recoger los cambios que se producen en la materia mediante ciclos.

El feng shui no es más que una práctica esotérica para decorar nuestro hogar o negocio

Sus técnicas decorativas necesitan de la existencia del mencionado chi y se apoya en la idea del Yin y Yang, que son opuestos complementarios; se necesitan mutuamente y deben estar equilibrados para que la vida sea próspera. Para realizar una división del espacio según los preceptos del feng shui es necesario utilizar una brújula especial, en ella podemos encontrar una elegante combinación de arte y mitología. Pero no todo es magia en el feng shui, ya que está fuertemente unido a la idea de que hay que vivir en armonía con la naturaleza y que el estado del medio que nos rodea influye en nuestra salud física y mental.

Tal y como ocurre en todas las pseudociencias, sus defensores intentan esgrimir argumentos científicos para dar credibilidad a sus teorías, por ello es frecuente escuchar cosas como:"...somos protones, electrones y neutrones. En definitiva somos pura energía": pues bien, las partículas subatómicas son materia y no energía; si bien se podría decir que según la ecuación E=mc2 la materia se podría convertir en energía, esta última también se podría convertir en materia; por todo ello sería más correcto decir: "somos pura materia". Otra de las frases recurrentes es "la energía está enrarecida" o "hay mala energía"; entonces ¿existen protones, neutrones y electrones malos o enrarecidos? En otras tantas ocasiones el supuesto experto solicita el año de nacimiento de los moradores, la fecha de terminación del edificio, los planos, etc, pero curiosamente ninguno pide información sobre la fabricación de cada uno de los ladrillos ni la composición del cemento.

Para ser experto en feng shui basta con auto otorgarse el rango de maestro

Estos maestros dicen tener la capacidad de detectar estas mágicas energías y dan instrucciones a sus clientes sobre el lugar en el que debe ir situado cada objeto. De ser cierta la existencia de estas energías y la capacidad para detectarlas, cabría esperar que si un maestro ordena una casa, otro maestro cualquiera sería capaz de detectar que la casa está en orden, pero en la práctica esto no es así, no importa cuántos maestros lleve a su domicilio o cuántas modificaciones haga, cada vez que visite su hogar un "experto" en feng shui le dirá que la energía está bloqueada y que es necesario realizar cambios, para posteriormente pasarle la factura.

Otro de los principales fallos del feng shui se encuentra en la teoría de los cinco elementos, dicha teoría está muy bien para el año 1200 antes de cristo, pero 3.200 años después el conocimiento humano ha avanzado bastante y basta buscar en Google la tabla periódica para percatarse que hasta la fecha se han descubierto nada menos que 118. En Hong Kong el tema del feng shui está suponiendo un problema económico de primer orden, no resulta extraño en aquel país denunciar o ser denunciado solicitando una jugosa cuantía con el pretexto de que una construcción altera el chi de otra.

Bien merece la pena huir de pseudociencias que se venden usando el título de milenarias como el Reiki, la homeopatía o la astrología e invertir nuestro dinero usando el sentido común.